jueves, 7 de mayo de 2020

Aproximación a una filosofía del arte


El arte es algo que no puede ser encerrado en una definición o abarcado desde una mirada global que pretenda explicar su totalidad. El estudio del arte, así como su investigación, tradicionalmente analiza la producción artística dentro de contextos históricos y corrientes de pensamiento. Keith Moxey explica que la noción occidentalizada del arte proviene de la modernidad y justamente centraliza una antinomia a la propia definición:
La modernidad y su pareja artística, el modernismo', siempre han estado ligados al destino del progreso temporal. El tiempo de la modernidad es teleológico y reside en Occidente. En este sentido, hablar de múltiples modernidades es un oxímoron, una contradicción lógica.[1]
Las concepciones que dieron vida a la historia del arte están cargadas de cierto sesgo ideológico y están comprometidas con una teoría del arte de corte esencialista: la historia del arte según la historia de sus protagonistas de Vasari; como la historia de un ideal de Winckelmann; como la historia de la cultura de Burckhardt; como la historia de los estilos de Riëgl y la historia del arte como análisis simbólico de Panowsky, construyeron más la versión de los historiadores del arte que la historia misma: “La historia de la historiografía del arte es la historia del interés por los conceptos y métodos.” La historiografía del arte sistematiza la exposición de las ideas artísticas presentes en las obras, como las ideas que sobre el arte se han dado en la historia.
La filosofía ha intentado complejizar los modos de producción desde un lenguaje abstracto y generalizador, que en gran medida obvia la autodeterminación creadora humana. La filosofía del arte desde Kant hasta Heidegger ha dado cuenta de la complejidad que supone un acercamiento por parte del sujeto al ente artístico. El fenómeno creativo en su concreción, unicidad y en los móviles espirituales que suponen la propia actividad artística, exceden el campo de definición abarcado en las consideraciones estéticas tradicionales.



[1] Moxey, K. ¿Es la modernidad múltiple? En  “El tiempo de lo visual: La imagen de la historia” Pág. 38

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