Michael Fried comenzó su
actividad como crítico en los años 60’s bajo la influencia de Clement Greenberg.
Durante esta etapa la pintura llegó a la cima de la autorreferencialidad; sus
intereses se dirigieron hacia una práctica gestual, espontánea e irreflexiva en
el expresionismo abstracto y art autre en EEUU, tanto como en el informalismo
y tachismo de Europa. Greenberg se posicionó en favor de una abstracción
autorreferencial que tiene un efecto reduccionista sobre la pintura abstracta
en general, en el mismo sentido que Michael Fried cuestiona el “autoengaño del
literalismo” y la “teoría de la teatralidad”.
Michael Fried, en “Arte y objetualidad” pretende
definir el minimalismo o arte minimal ABC como literalismo: “Desde el principio, el arte
literalista fue algo más que un nuevo episodio en la historia del gusto”. Se
debe recapitular que desde las vanguardias del siglo XIX el artificio de la
profundidad y la relación del espectador se vieron obligadas a cambiar; en el
expresionismo abstracto la destrucción del espacio ilusorio fue de una forma más
radical. La crisis de la ilusión pasó a ser la crisis de la representación.
La pintura tenía el carácter de convertir la
bidimensionalidad en tridimensionalidad; presentando literalmente un objeto
material en un espacio donde el espectador ha pasado a eliminar la apreciación
pictórica que sirvió en el ilusionismo del pasado. “El alegato literalista en contra
de la pintura descansa en dos consideraciones principales: el tipo de carácter
relacional de casi cualquier pintura; y la ubicuidad o, de hecho, la virtual
inevitabilidad de la ilusión pictórica.”
“La
pintura es vista aquí como un arte al borde del agotamiento y cuya gama de
soluciones aceptables para un problema básico –cómo organizar la superficie de
la imagen– enfrenta severas restricciones”. Los problemas intrínsecos
de la pintura moderna como las relaciones internas en el espacio del cuadro,
orden de los elementos, composición, color y tipo de pincelada sugiere el mismo
problema enfrentado por la estructura pictórica, es decir, el problema de justificación
de la organización global del espacio concebido en términos de “reconocimiento”
de la literalidad del medio.
El agotamiento de la pintura y los recursos del arte tiene
por consecuencia la ostentación de objetos sin pretensiones, sin condición
artística en estado de objetualidad. La teatralidad del literalismo se sostiene
en la relación con el espectador en su inclusión.
Deseo
proponer la siguiente respuesta: la adhesión literalista a la objetualidad no
es más que la defensa de un nuevo género de teatro; y el teatro constituye
ahora la negación del arte. La sensibilidad literalista es teatral porque, para
comenzar, le preocupan las circunstancias concretas en las que el espectador se
encuentra con la obra literalista
En el nivel de la relación de la obra con el espectador, la
actitud retórica define la teatralidad, que opone lo abierto, mientras que la
absorción es cerrada. El primer contacto del espacio teatral parte de la
percepción y la Gestalt, donde se articula un sistema de objetos y la figura es
su cualidad esencial para ser objeto propio.
El vínculo entre lo teatral y la “problemática de cierre”
se afirma en la autonomía artística; la concepción abstracta y no
representativa de la obra es antiteatral; donde la capacidad de los bordes y
límites de la representación determinan esa independencia. Con el objetivo de
construir una integralidad que haga del objeto la unidad de la figura; sin
disgregar la obra como totalidad: “El objeto, no el espectador, debe seguir
siendo el centro o foco de la situación, pero la situación en sí le pertenece
al espectador, es su situación.”
La relación del espectador es lo que determina la obra
literalista con la teatralidad. La obra se niega a sí misma, debido a su
incompletitud, la obra necesita del espectador para funcionar, confrontándolo e
interpelándolo; sólo así las operaciones de la obra se completan, de lo
contrario, la obra desaparece por insuficiencia.
Frank Stella Feneralia from the Imaginary places series 1994–97, National Gallery of Australia, Canberra, gift of Kenneth Tyler 2002
Fried, Michael. “Arte
y objetualidad”, en: Arte y objetualidad. Ensayos y reseñas. Madrid: A.
Machado Libros, 2004
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